Historia del oficio
CON LOS TEJIDOS DEL VALLE DE LOS AGUACATES
Durante la luna menguante y donde se levanta el impresionante templo neogótico de Nuestra Señora del Rosario, los hombres de Sandoná recolectan la paja con la que niñas, adultas y ancianas se dedican al tejido en talleres familiares.
Sandoná, pueblo de agricultores y artesanos, sorprenden al mundo entero con sus sombreros, objetos y accesorios elaborados con las mejores y más finas fibras de la palma de iraca.
Artesanos del Eje cafetero colombiano rescatan los tejidos del sur del país, para transformarlos con madera en piezas utilitarias con diseño, que hacen amables los encuentros familiares, engrandeciendo la palabra servir.